En el Día Internacional del Libro queremos rendir tributo a algunos de los grandes clásicos y autores contemporáneos que han formado parte del programa de recomendaciones de los talleres de escritura creativa de LIBRO VUELA LIBRE y las comunidades literarias de VALENCIA ESPACIOCREA. Felices lecturas a todos.
La tarde de un escritor y otros relatos
9 Abr
La tarde de un escritor y otros relatos, de Francis Scott Key Fitzgerald, es la nueva recomendación de Doktor in Faustus, la sección que coordina Juan Agustín Vigil Pérez para el club de lectura en Valencia de los talleres de escritura online y presenciales de LIBRO VUELA LIBRE. Disfrutad de la magnífica obra y de sus tres puertas de entrada.
DOKTOR IN FAUSTUS RECOMIENDA: ”LA TARDE DE UN ESCRITOR y otros relatos”, de Francis Scott Key Fitzgerald. Ficha técnica y comentario sobre la edición en papel seleccionada:
─Títulos originales de los cuentos: << Head and shoulders”>>, <<Bernice Bobs Her Hair>>, <<Dice, Brassknucles & Guitar>>, <<The Rich Boy >>, <<At Your Age>>, <<Babylon Revisited>>, <<Crazy Sunday>>, <<More Than Just a House>>, <<Afternoon of an Author>>, <<The Lost Decade>>, <<”Boil Some Water-Lots of It”>>, <<Last Kid>>.
(En español, respectivamente: <<Cabeza y hombros>>, <<Bernice se corta el pelo>>, <<Dados, puños americanos y guitarra>>, <<El joven rico>>,<<A tu edad>>, <<Regreso a Babilonia>>, <<Domingo loco>>, <<Algo más que una casa>>, <<La tarde de un escritor>>, <<La década perdida>>, <<Hiervan agua… mucha agua>> <<El último beso>>.
1ª edición (2021)
─Diseño de cubierta: Diego Lara.
─De la traducción, introducción y notas: Damiá Alou (2021).
─Ediciones Cátedra (Grupo Anaya, S.A.), 2021.
─Juan Ignacio Luca de Tena, 15 (28027, Madrid).
─Depósito legal: M. 21. 750-2021.
─ISBN: 978-84-376-4325-0
Printed in Spain.
Se trata de una selección bastante ajustada de algunos cuentos del extraordinario y atormentado escritor Scott Fitzgerald (autor de “El gran Gatsby” ─para muchos la mejor novela norteamericana de la Historia─, y de la que, sin duda, hubiera sido su obra maestra, la inacabada “El último magnate”) del que Doktor in Faustus ya puso en antecedentes (ver <<El precio era alto>>) a su numerosa e inquieta legión de seguidores.
Dentro del exiguo espacio (no llega a cuatrocientas páginas) de que dispone, la antología lleva a cabo un inteligente recorrido por la ingente cantidad de cuentos escritos por el genio, que le permitieron sobrevivir, durante décadas, al dispendioso estilo de vida que mantuvo hasta el final, junto a su esposa, Zelda Sayre.
Solo añadir que Doktor in Faustus ha preferido elegir fragmentos de sus últimos relatos, cuando la amargura, la derrota y la enfermedad conviven con los rescoldos de un mundo de brillo definitivamente apagado. El alcohol, el rechazo y la locura de su esposa hicieron mella en la salud del escritor, sin que ello restara un ápice a su inmenso talento.
Puertas de entrada de ”LA TARDE DE UN ESCRITOR y otros relatos”, de Francis Scott Key Fitzgerald.
FRAGMENTO 1º de «La tarde de un escritor y otros relatos», de Francis Scott Key Fitzgerald: “A tu edad” (cuento publicado en el Saturday Evening Post, el 17 de agosto de 1929). (Págs. 258 y 259):
“Tom bailó con ella dos veces, y, aunque se metieron con ella por ese motivo, Annie se sintió halagada de que un hombre de mundo ─que es lo que era, en lugar de un simple anciano─ se hubiera fijado en ella. Aceptó su invitación para ir a escuchar la orquesta sinfónica a la semana siguiente, pues le pareció una grosería negarse.
A esa <<amable invitación>> siguieron otras. Sentada junto a Tom, dormitó a la cálida sombra de Brahms y pensó en Randy Campbell y otras nebulosidades románticas que podían aparecer mañana. Una tarde que se sentía un tanto juguetona, deliberadamente provocó a Tom para que la besara de camino a casa, pero le entraron ganas de reír cuando él le cogió las dos manos y le dijo con fervor que se estaba enamorando.
─¿Pero cómo es posible? ─objetó ella─. De verdad, no debes decir estas locuras. No saldré más contigo y luego lo lamentaras.
Unos días más tarde, su madre habló con ella mientras Tom la esperaba fuera en el coche:
−Quién es ese hombre, Annie?
−El señor Squires.
−Cierra la puerta un momento. Estás saliendo bastante con él.
−¿Y por qué no?
−Querida, tiene cincuenta años.”
FRAGMENTO 2º de «La tarde de un escritor y otros relatos», de Francis Scott Key Fitzgerald: (Págs. 270 y 271):
“(…)
Tom tiró su segundo cigarro sorprendido y miró su reloj; eran las diez pasadas.
−A Annie se le está haciendo tarde −dijo la señora Lorry.
−Espero que no le haya pasado nada −dijo Tom preocupado−. ¿Con quién ha salido?
−Eran cuatro cuando se fueron. Randy Campbell y otra pareja… no me fijé. Solo iban a tomar un refresco.
−Espero que no hayan tenido ningún problema. Quizá… ¿cree que debería ir a ver?
─Hoy en día las diez tampoco es tarde. Descubrirá que… ─Entonces recordó que Tom Squires iba a casarse con Annie, no a adoptarla. Se reprimió de añadir: <<Ya se acostumbrará>>.
Su marido se excusó y se fue a la cama, y la conversación pasó a ser más forzada y deslavazada. Cuando el reloj de la iglesia dio las once, ambos callaron y escucharon las campanadas. Veinte minutos después, justo cuando Tom aplastaba impaciente su último cigarro, un automóvil apareció calle abajo hasta aparcar delante de la puerta.”
FRAGMENTO 3º de «La tarde de un escritor y otros relatos», de Francis Scott Key Fitzgerald:: (Págs. 271 y 272).
“(…)
─Has salido con el joven Campbell ─dijo.
─Sí. No te enfades. Me siento… me siento tan inquieta esta noche.
─¿Inquieta?
Annie se sentó con un leve gimoteo.
─No he podido evitarlo. Por favor, no te enfades. Se empeñó tanto en llevarme a dar un paseo en coche, y hacía una noche tan maravillosa, que pensé que estaría fuera una hora. Y luego nos pusimos a charlar y perdí la noción del tiempo. Lo sentía tanto por él.
─¿Cómo crees que me he sentido yo? ─Se despreció por decirlo, pero ya estaba hecho.
─No digas eso, Tom. Ya te he dicho que estaba muy inquieta. Quiero irme a la cama.
─Lo entiendo. Buenas noches, Annie.
─Por favor, no te comportes así, Tom. ¿Es que no lo entiendes?
Pero Tom lo entendía, y ese era el problema. Con la cortés inclinación de cabeza de otra generación, bajó las escaleras y salió a la luz de la luna, que lo borra todo. Al cabo de un momento no era más que una sombra entre las farolas, y después unas leves pisadas calle arriba.”
D in F: “Mi alma a cambio de una gran obra”.
PANEL DE ESCRITORES