PANELES DE ESCRITORES: EL MEJOR CUENTO DEL MUNDO
Dedicamos esta entrada a los mejores autores del cuento para seguir homenajeando a vuestros autores preferidos, a los escritores del género que mejores momentos os hayan regalado.
LUNA DE PAPEL: Seminarios sobre novela, poesía y cuento. Talleres de escritura creativa en Valencia. Cursos sobre creatividad y literatura: http://talleresliterariosvalencia.com
Entre los grandes maestros del cuento, buscamos a aquel que más te haya emocionado, al cuentista que (a tu parecer) haya escrito el mejor cuento del mundo. Tienes infinitas posibilidades: Julio Cortázar, Horacio Quiroga, Rodolfo Walsh, Bioy Casares, John Cheever, Marguerite Yourcenar, Edgard Allan Poe, Francis Scott Fitgerald, Elena Poniatowska, Tim O´Brien, Richard Ford, Ray Bradbury, Jorge Luis Borges y tantos otros…
No buscamos un estilo ni un subgénero temático específico, tan sólo al cuentista y el cuento que una vez provocaron en ti la más honda reflexión, el mayor placer estético, la huella emocional más imborrable…
Para participar sólo tienes que seguir estos sencillos pasos:
1-Sitúate al final de este PANEL M23 y desplázate hacia abajo buscando el último comentario.
2- Inserta en el espacio en blanco reservado para tu comentario el nombre de tu escritor de cuentos preferido y el título del cuento concreto que te robó el alma. A continuación, dale al botón publicar.
3-Comparte la cadena de escritura M23 con otros amantes del cuento para que se sumen a nuestra búsqueda.
Todos los amantes del cuento estáis invitados a formar parte también de nuestro club de lectura y escritura, desde donde seguiremos homenajeando a los grandes autores del género:
“La leyenda de luna llena” Michael Ende
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‘El mar’, uno de los más hermosos cuentos que leí del gran Eduardo Galeano. Es pequeño y contiene toda la grandeza de autor sensible a la ternura infantil.
‘El mar’
Diego no conocía la mar. El padre, Santiago Kovadloff, lo llevó a descubrirla.
Viajaron al sur.
Ella, la mar, estaba más allá de los altos médanos, esperando.
Cuando el niño y su padre alcanzaron por fin aquellas cumbres de arena, después de mucho caminar, la mar estalló ante sus ojos. Y fue tanta la inmensidad de la mar, y tanto su fulgor, que el niño quedó mudo de hermosura.
Y cuando por fin consiguió hablar, temblando, tartamudeando, pidió a su padre:
-¡Ayúdame a mirar!
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