En los relatos de ficción el agua es el lugar donde suelen residir los personajes femeninos. Siempre que hemos reflexionado sobre este elemento natural en el taller de escritura, hemos reparado en que el simbolismo del agua se une, desde antiguo, con la femineidad y suele formar parte de los espacios literarios donde se esconden misteriosas Damas del Lago, ondinas maléficas o sirenas seductoras. La tierra surge de las aguas y la vegetación crece con la humedad, por lo que el agua es considerada el elemento básico de la fertilización, y los espacios acuáticos suelen ir ligados a la fertilidad de la mujer.
En el taller de escritura otra asociación que acompaña habitualmente a los espacios literarios donde predomina el agua es la de los ritos iniciáticos. En este tipo de ritos la inmersión en el agua significa el retorno al origen, una especie de muerte para renacer con mayor potencia de vida -como el Bautismo que prepara para la vida cristiana, por ejemplo-. Esta «muerte» se realiza en el interior del agua porque es un elemento material, físico del que se resurge hacia lo metafísico y lo espiritual.
Los espacios acuáticos que pueblan los relatos de ficción de nuestro taller de escritura dan cabida también a personajes misteriosos que tientan o seducen con lo material, el placer o las riquezas, y en muchos de ellos vemos que el agua puede llegar a tener un significado erótico. A la hora de ambientar nuestras historias más acuosas y fluidas tenemos infinitas posibilidades para cargarlas simbólicamente, pero entre los espacios literarios donde reina el elemento agua destacan las islas, las fuentes, los lagos y los ríos.
PANEL DE ESCRITORES