TEST DE CREATIVIDAD y PENSAMIENTO LATERAL

24 Abr

Test de creatividad y ejercicios de pensamiento lateral en curso. Las comunidades literarias de Valencia Espaciocrea se unen a las propuestas virtuales de la cuarentena creativa de los talleres de escritura de LIBRO VUELA LIBRE recordándonos un clásico de su foro de creatividad: su test de creatividad para imaginativos, una batería de doce preguntas que ya se han hecho muchos de nuestros creativos y a la que podéis acceder al final de la entrada que encontraréis en este enlace: test de creatividad.

Pero en estos días de confinamiento os vamos a ofrecer también diferentes ejercicios que entrenan el pensamiento lateral, un tipo de pensamiento que no conduce en una sola dirección, si no que se abre a otras posibilidades no convencionales o menos transitadas y que es muy propio de los creadores y los artistas.

Ejercicios de pensamiento lateral y test de creatividad

Disfruta de este primer ejercicio o test de pensamiento lateral que ha escogido el comando liberalibros para ejercitar tu imaginación en este momento de la cuarentena.  Un test, que lleva por nombre La muerte del repartidor  y que ha sido extraído del libro de Robert Allen titulado Potencie su talento creativo.

Test de creatividad. Ejercicio 1 de pensamiento lateral de la clave Cor-33:

Como hemos visto, el pensamiento lateral huye de lo convencional e intenta ofrecer una mirada distinta para que las cosas se vean desde otra perspectiva. Este ejercicio va a desafiar tu capacidad para ir más allá de ese pensamiento convencional y, también, a entrenar tu imaginación. Para realizarlo, lee con atención el enunciado y trata de resolver el problema que plantea dándole a tu perspectiva una vuelta de tuerca. No lo lograrás si no consigues dar esa vuelta de tuerca.

Te ofreceremos la solución en la próxima entrada de la clave Cor-33 que compartiremos, en breve, a través de la cuenta de Instagram y la página de Facebook de LIBRO VUELA LIBRE. Recuerda que dicha clave, la Cor-33, es la que aloja las actividades gratuitas de nuestra cuarentena creativa y que, ante esta situación de excepción, todos los seguidores de LIBRO VUELA LIBRE, independientemente de que formaran parte de sus talleres literarios presenciales en Valencia antes del confinamiento o no, tienen acceso a su libre participación en ellas.

Si alguno de vosotros tiene la certeza de haber encontrado la solución al problema, también puede dejar registro de la misma, antes de que la desvelemos, en los comentarios de esta entrada. Os dejamos ya con el gran interrogante que plantea este desafío, «La muerte de un repartidor»:

La muerte de un repartidor

En un bar clandestino de Chicago, en la década de 1930, un grupo de mafiosos jugaba al póquer. Algunos habían perdido ya mucho dinero, algo que no les gustaba en absoluto. De repente uno de ellos miró a quien repartía y gritó: «Sé que estás haciendo trampas». Esto fue poco prudente por su parte. Quien repartía sacó un Colt 45 de cañón corto y mató de un disparo al jugador. Llamaron a la policía. El teniente que estaba de servicio era un tipo muy duro que no hubiera dudado en usar su arma pero, aunque estaba armado y con más compañeros, no pudo detener a ninguno de los hombres que allí se encontraban. No faltaban testigos, y el repartidor ni siquiera  negó lo ocurrido.

REFLEXIONES EN CURSO. La frase hoy de nuestro foro de creatividad es:

«No puedes cavar un agujero en un lugar diferente simplemente cavando el mismo agujero y haciéndolo más profundo» (Edward de Bono)

 

 

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14 respuestas hasta “TEST DE CREATIVIDAD y PENSAMIENTO LATERAL”

  1. Raquel abril 27, 2020 a 6:39 pm #

    Mi loca teoría es que el repartidor es a la vez el jugador muerto, es decir, que se ha suicidado…

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  2. David abril 27, 2020 a 8:53 pm #

    El jugador muerto podría ser el teniente de policia. Él y sus compañeros estarían de servicio, pero tenían tratos con la mafia y por eso se encontraban en el lugar de los hechos cuando les pasaron el servicio.

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    • Blanca abril 28, 2020 a 6:28 am #

      Quizá quien repartía era una mujer; nunca se dice que fuera un hombre. Y pudo ser detenida, lo que no invalida la frase de que el teniente «no pudo detener a ninguno de los hombres que allí se encontraban».

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  3. Raquel SM abril 28, 2020 a 6:02 am #

    Yo creo que alguien (desconocido) descubre que el repartidor, que a su vez era el teniente de policía de encubierto en una misión para desmantelar todo el tinglado de la Mafia, está haciendo trampas. El repartidor (teniente) decide suicidarse (el jugador, que es él mismo, muere). El teniente no puede detener a nadie ni negar lo ocurrido porque está muerto.

    Es raro, pero así tendría sentido tanto el título del enigma como el enigma en sí mismo.

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  4. Carol abril 28, 2020 a 10:48 am #

    El teniente, un tipo duro y armado, al que todos en el cuerpo temían por su fama de violento y corrupto, formaba parte en la partida. Estaba infiltrado en el grupo de mafiosos y era quien repartía las cartas. Algunos de sus compañeros, a los que había podido comprar, estaban de incógnito alrededor y otros esperando el aviso.
    Buscaban al jefe de la mafia Napolitana. De él se decía que era un apasionado de las partidas clandestinas de póquer. Amasó su fortuna ganando partidas a las que siempre iba él mismo, entre otras actividades. Le gustaba jugar en persona porque era el mejor en desenmascarar a los que hacían trampas, las trampas eran su debilidad.
    El teniente tenía una misión secreta, pagada por el jefe de la magia Rusa en Chicago, el que tenia comprada a la policía. La misión era clara, eliminar al jefe Napolitano y que pareciera un ajuste de cuentas camuflado en una partida de póquer.

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  5. Marisa Iniesta abril 29, 2020 a 5:24 pm #

    El repartidor no negó lo ocurrido, le importaba un rábano. Sabía que no iba a ser detenido porque era el hermano pequeño del teniente, por otro lado los compañeros de éste eran meros espectadores en espera de las ordenes de su jefe, del cual de una manera u otra se beneficiaban ya que hacía la vista gorda a sus triquiñuelas.
    El muerto, por otro lado era un topo que pasaba información al grupo mafioso siciliano, enemigo de Jhon, el repartidor, y a la vez de la policía a la que vendía informes falsos. Un Judas dispuesto a todo con tal de sacar tajada y capaz de traicionar a su propia madre si con ello lograba beneficio. Así que todos contentos. Solo faltaba deshacerse del cadaver.

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  6. Isabel Giménez Beút abril 29, 2020 a 8:22 pm #

    El que reparte es el camarero, porque era un bar clandestino y dice que reparte, pero no dice que. El teniente es el dueño del bar clandestino y no dice nada porque si no se destaparía nu negocio negro.

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  7. Irene abril 30, 2020 a 4:08 pm #

    La corrupción llevada al extremo. Todos son cómplices y culpables de un sistema establecido corrupto, donde si quieres destapar una verdad, no puedes porque estàs tan implicado como el repartidor de falsedades, demagogias, trampas, que se propagan aún sabiendo la verdad muchas veces. Tan culpable es el que habla, como el que calla y otorga sin oponer resistencia.

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  8. Miguel Á. Berenguer mayo 1, 2020 a 9:31 am #

    Vamos a ver si me explico. Aquí lo que ha pasado es que poner a mafiosos a jugar al póquer es más peligroso que comerte un murciégalo chino. Ahí siempre hay tema, a ver si me comprendes. El repartidor de la partida es Javier, el pequeño de la Merche –la mujer de Claudio, el pescadero, en paz descanse–, que siempre ha sido un chico sin muchas luces, siempre metiéndose en problemas, con malas compañías… y claro, aquí el más tonto hace relojes y uno de los paisanos se da cuenta de que está haciendo trampas; porque además las está haciendo, al servicio de su jefe, Gualterio il destornillatore, que también está sentado a la mesa. El tipo le pilla y le dice: “Eh, tú, hideputa, que me estás haciendo trampas, a ver si te piensas que no me doy cuenta”. Al pobre Javi no le queda otra que meterle plomo del duro entre las cejas y se lía: el muerto tiene compadres en la mesa que se lían a tiros con Javi, y Gualterio y su compañía se lían a tiros con ellos también, y al final no se salva ni el que estaba poniendo la copas. ¿Me entiendes?

    Además está el asunto de que el teniente de policía, Agapito, el hijo de la Faustina, es un hombre rudo dispuesto a sacar su arma si es necesario, claro que sí, pero estaba liado comprándole unas espinacas a Bali, el de la frutería. Y estaba comprándolas en ese momento porque su mujer, Joaquina, que está preñada de ocho meses, tenía antojo de revuelto de espinacas con salchichas y le faltaba lo verde. Así que, cuando recibió la llamada, dijo que vale, que enseguida, pero que tenía que terminar una misión antes. ¿Eh o no?

    Así que, cuando llega el Apagito con todos los compañeros, no queda ni uno vivo para cantar la historia. ¿Me comprendes o no?

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  9. J.L.Blanco mayo 4, 2020 a 11:08 am #

    Cada jugador es repartidor en cuanto gana una mano, todos son si ganan una mano repartidores. El repartidor actual dispara sobre un repartidor anterior. Si todos declaran que el que dispara ha sido un repartidor, pero no dicen quién es. No mienten pero tampoco dicen quien ha sido. El título dice “la muerte de un repartidor” ? No dice que quien dispara es el repartidor? Pues porque todos son repartidores en un
    Momento determinado,

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  10. Milagros mayo 5, 2020 a 10:30 am #

    El repartidor estaba muerto

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    • Irene abril 21, 2021 a 4:06 pm #

      Cuando el teniente y sus hombres acudieron al lugar del crimen todos los mafiosos e incluso el asesino les aguardaban quietos y en silencio.
      El cadáver del yacía de lado sobre la mesa con un tiro en la boca y todos ellos tenían la frente y la cara salpicada por su sangre.
      El asesino miró al teniente, los otros policías le aguardaban fuera por petición de su superior ya que insistió en entrar solo dado el silencio reinante y temiendo que se tratara de una trampa.
      Ya ha pagado, poli, nos debes una.- Dijo el asesino con una mueca al teniente con una burlona ternura propia de quienes han compartido la infancia.
      Esa rata se ha suicidado.- Exclamó el teniente dejando entrar a sus hombres que comprobaron que el muerto tenía cerca de su mano el colt 45.
      Los investigadores averiguaron después que el cadáver tenía la licencia de esa arma a su nombre e incluso manchas de pólvora en la mano.

      El teniente llevó días después un fragante ramo de rosas blancas y silvestres que dejó en la tumba de su hermana y sentándose en uno de los bordes del mármol negro comenzó a decirle que echaba terriblemente de menos su risa.

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